El estrés podría limitar tu deseo sexual.
El estrés no sólo es perjudicial para nuestra salud mental y también nuestra vida sexual, pues poco a poco disminuye nuestro apetito sexual o simplemente hace que te olvides de disfrutar de una buena noche de pasión con tu pareja.
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Este estado suele presentarse cuando no sabemos manejar las frustraciones emocionales y laborales, por lo que solemos tener un bloqueo en lugar de enfocarnos en resolverlos o en buscar las soluciones correctas.
Entre más prolonguemos el estrés, puede que nuestro deseo sexual se vea más afectado y que llegue a un punto donde no queramos tener intimidad con nuestra pareja, algo que puede llegar a frustrarlos a ambos.
Aquí te explicamos un poco más de cómo el estrés puede llegar a perjudicar tu vida sexual.
1.- No descansas adecuadamente
El no dormir las horas que tu cuerpo necesita debido al estrés te afecta a que aumente la probabilidad de un bajo deseo sexual, ya que no tienes la energía para rendir durante el día.
Un estudio realizado por la Universidad de Florida señala que necesitas dormir 7 horas al día para aumentar la posibilidad de tener relaciones sexuales hasta un 14%. El dormir y descansar adecuadamente te ayuda a mejorar tu desempeño sexual en la cama.
2.- Recurres a los malos hábitos
El estrés puede ocasionar la falta de apetito, no comer en las horas adecuadas e ingerir lo primero que veas, lo que afecta tu organismo y a que subas o bajes de peso rápidamente. Esto puede afectar a que estés de mal humor por la falta de comida y no desees tener sexo con tu pareja.
3.- No te concentras en tus relaciones
Cuando estamos bajo estrés no podemos percibir lo que es importante, como la relación con tu pareja y podemos llegar hasta limitar nuestras interacciones y a no desenvolvernos como antes en el área sexual, pues tu mente no te permite tener un deseo sexual ni de buscarlo.